El capitalismo ha formulado su tipo ideal con la figura del hombre unidimensional. Conocemos su retrato: iletrado, inculto, codicioso, limitado, sometido a lo que manda la tribu, arrogante, seguro de sí mismo, dócil. Débil con los fuertes, fuerte con los débiles, simple, previsible, fanático de los deportes y los estadios, devoto del dinero y partidario de lo irracional, profeta especializado en banalidades, en ideas pequeñas, tonto, necio, narcisista, egocéntrico, gregario, consumista, consumidor de las mitologías del momento, amoral, sin memoria, racista, cínico, sexista, misógino, conservador, reaccionario, oportunista y con algunos rasgos de la manera de ser que define un fascismo ordinario. Constituye un socio ideal para cumplir su papel en el vasto teatro del mercado nacional, y luego mundial. Este es el sujeto cuyos méritos, valores y talento se alaban actualmente. (Michel Onfray)


viernes, 18 de noviembre de 2011

UNO Y DIVERSO (2011)



Soy uno. Soy uno ante mí mismo y en el universo.

Mi figura, mi forma de andar, mi rostro, mi cuerpo entero, mi potencia y el estado de mi conciencia. Todo se me percibe con una sola mirada.

…pero también soy un ser diverso y complejo como se advierte en cuanto se atraviesa la frontera del espejo y se bucea en el agua obscura de mi intimidad o se hurga en la memoria confusa de mis metamorfosis.


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