El capitalismo ha formulado su tipo ideal con la figura del hombre unidimensional. Conocemos su retrato: iletrado, inculto, codicioso, limitado, sometido a lo que manda la tribu, arrogante, seguro de sí mismo, dócil. Débil con los fuertes, fuerte con los débiles, simple, previsible, fanático de los deportes y los estadios, devoto del dinero y partidario de lo irracional, profeta especializado en banalidades, en ideas pequeñas, tonto, necio, narcisista, egocéntrico, gregario, consumista, consumidor de las mitologías del momento, amoral, sin memoria, racista, cínico, sexista, misógino, conservador, reaccionario, oportunista y con algunos rasgos de la manera de ser que define un fascismo ordinario. Constituye un socio ideal para cumplir su papel en el vasto teatro del mercado nacional, y luego mundial. Este es el sujeto cuyos méritos, valores y talento se alaban actualmente. (Michel Onfray)


viernes, 20 de abril de 2012

«TE LLAMO TRISTEZA». TRADUCCIÓN DE UN POEMA DE JOAN VERGÉS (2003)



Fotografia feta per Francesca Woodman


T’ANOMENO TRISTESA

T’anomeno tristesa
i potser ets una dolça
claror d’infant
que encara m’acompanya.

T’anomeno record
i potser ets un paisatge
que ja neix somiat
i sóc jo qui m’esfullo,
verd d’aquells arbres,
consol del primer amor.

Tan fàcil és morir
com adormir-se a l’alba
amb la pluja i llum a dins
ara que començàvem
a mirar-nos als ulls.


TE LLAMO TRISTEZA

Te llamo tristeza
y quizá eres un dulce
resplandor de niño
que todavía me acompañas.

Te llamo recuerdo
y quizá eres un paisaje
que ya nace soñado
y soy yo el que me deshojo,
verde de aquellos árboles,
consuelo del primer amor.

Tan fácil es morir
como dormirse al alba,
la lluvia y la luz en nosotros,
ahora que empezábamos
a mirarnos a los ojos.

Joan Vergés, Com un bosc silenciós, 2007


 (Traducción al castellano de Jorge F. Fernández Figueras.)


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