El capitalismo ha formulado su tipo ideal con la figura del hombre unidimensional. Conocemos su retrato: iletrado, inculto, codicioso, limitado, sometido a lo que manda la tribu, arrogante, seguro de sí mismo, dócil. Débil con los fuertes, fuerte con los débiles, simple, previsible, fanático de los deportes y los estadios, devoto del dinero y partidario de lo irracional, profeta especializado en banalidades, en ideas pequeñas, tonto, necio, narcisista, egocéntrico, gregario, consumista, consumidor de las mitologías del momento, amoral, sin memoria, racista, cínico, sexista, misógino, conservador, reaccionario, oportunista y con algunos rasgos de la manera de ser que define un fascismo ordinario. Constituye un socio ideal para cumplir su papel en el vasto teatro del mercado nacional, y luego mundial. Este es el sujeto cuyos méritos, valores y talento se alaban actualmente. (Michel Onfray)


miércoles, 25 de julio de 2012

SEXO Y VIDA (2012)



Fotografía: Michael Helms



No me avergüenza la desnudez de mi cuerpo
y su dominio lo compartiría contigo entero.

Pero desnudar mi mente… me avergonzaría,
allí he acumulado secretos durante toda una vida,
y tan amargos que es mejor mantenerlos ocultos,
como preferiría que mantuvieras también los tuyos.


Una mirada, un suspiro, una caricia, neurotrofina,
la cópula loca, el delirio, pura naturaleza química,
para comunicarse es mejor el beso profundo,
de la boca o del vientre comulgarnos los flujos.

Sexo, sin palabras, sin razones, sin recuerdos,
en un presente común momentáneamente eterno.


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