El capitalismo ha formulado su tipo ideal con la figura del hombre unidimensional. Conocemos su retrato: iletrado, inculto, codicioso, limitado, sometido a lo que manda la tribu, arrogante, seguro de sí mismo, dócil. Débil con los fuertes, fuerte con los débiles, simple, previsible, fanático de los deportes y los estadios, devoto del dinero y partidario de lo irracional, profeta especializado en banalidades, en ideas pequeñas, tonto, necio, narcisista, egocéntrico, gregario, consumista, consumidor de las mitologías del momento, amoral, sin memoria, racista, cínico, sexista, misógino, conservador, reaccionario, oportunista y con algunos rasgos de la manera de ser que define un fascismo ordinario. Constituye un socio ideal para cumplir su papel en el vasto teatro del mercado nacional, y luego mundial. Este es el sujeto cuyos méritos, valores y talento se alaban actualmente. (Michel Onfray)


domingo, 7 de julio de 2013

UTOPÍA (2013)

M. C. Escher «Plas»


Hay un dédalo de sendas infinitas
al que no hallo ni centro ni salida:

exigencias fisiológicas acuciantes,
necesidades egocéntricas y afiliativas,
angustia heredada de mi padre,
sensaciones de culpa obsesivas,
idealismo aprehendido de mi madre,
pasos en la niebla y visiones nítidas,
normas, condicionantes culturales,
deseos y aspiraciones inducidas,
añoranza de oportunidades perdidas,
disposiciones afectivas inmutables,
añoranza de oportunidades perdidas,
encrucijadas, sendas a ninguna parte,
visiones y proyectos, ideología,
sobreinformaciones, banalidades,
instinto y razón, lógica y mística…

Sólo en el silencio podré reencontrarme, 
ya pura conciencia lúcida y penetrante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario