El capitalismo ha formulado su tipo ideal con la figura del hombre unidimensional. Conocemos su retrato: iletrado, inculto, codicioso, limitado, sometido a lo que manda la tribu, arrogante, seguro de sí mismo, dócil. Débil con los fuertes, fuerte con los débiles, simple, previsible, fanático de los deportes y los estadios, devoto del dinero y partidario de lo irracional, profeta especializado en banalidades, en ideas pequeñas, tonto, necio, narcisista, egocéntrico, gregario, consumista, consumidor de las mitologías del momento, amoral, sin memoria, racista, cínico, sexista, misógino, conservador, reaccionario, oportunista y con algunos rasgos de la manera de ser que define un fascismo ordinario. Constituye un socio ideal para cumplir su papel en el vasto teatro del mercado nacional, y luego mundial. Este es el sujeto cuyos méritos, valores y talento se alaban actualmente. (Michel Onfray)


domingo, 9 de febrero de 2014

¿CÓMO SE ALCANZA LA SABIDURÍA? (2014)

Grabado de Gustave Doré para
The Rime of the Ancient Mariner de Samuel Taylor Coleridge

¿Acaso sé cómo se alcanza la sabiduría?

¿Quizá con el intento de reflejar en símbolos lo que es sobrehumano, lo metafísico, lo indefinible, lo desconocido?

¿Tal vez en la contemplación en silencio interno de  las idas y venidas de las olas en la orilla del mar?  Y nada más que eso, todo y sólo sentidos, y sólo eso.

¿O quizá en intentar subir, arrastrándose, resbalando, para caer de nuevo y levantarse y subir y caer y caer, sin llegar a ver jamás la luz, empeñado en la conquista del espíritu, en una lucha estéril día tras día?


No sé, de verdad que aún no sé cómo se puede alcanzar la sabiduría…

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