El capitalismo ha formulado su tipo ideal con la figura del hombre unidimensional. Conocemos su retrato: iletrado, inculto, codicioso, limitado, sometido a lo que manda la tribu, arrogante, seguro de sí mismo, dócil. Débil con los fuertes, fuerte con los débiles, simple, previsible, fanático de los deportes y los estadios, devoto del dinero y partidario de lo irracional, profeta especializado en banalidades, en ideas pequeñas, tonto, necio, narcisista, egocéntrico, gregario, consumista, consumidor de las mitologías del momento, amoral, sin memoria, racista, cínico, sexista, misógino, conservador, reaccionario, oportunista y con algunos rasgos de la manera de ser que define un fascismo ordinario. Constituye un socio ideal para cumplir su papel en el vasto teatro del mercado nacional, y luego mundial. Este es el sujeto cuyos méritos, valores y talento se alaban actualmente. (Michel Onfray)


viernes, 19 de septiembre de 2014

FLAMENCO EN TERRASSA (2008)


José Galán, cantaor conocido actualmente como José de los Camarones
y, hasta hace pocos años, como El Bizco de los Camarones,
acompañado por Bernardo Sandoval, el año 2011 en Tolouse.

Sé de buena tinta que hace más o menos dos semanas estuvo de visita en Terrassa un gran cantaor de origen jerezano que residió en nuestra ciudad hace unos años: José Galán El B¡zco de los Camarones. ¿Han oído ustedes hablar de él?

(¿Se ha preocupado alguien de historiar los esfuerzos de los aficionados locales al flamenco para poder disfrutar de esa música con dignidad?)

Me han dicho también que un grupo de privilegiados tuvo la suerte de escucharle cantar en un céntrico y selecto restaurante de nombre catalán que regentan dos de sus hijos y que entre los invitados entusiastas destacaba un conocido activista cultural egarense, fundador de entidades, presidente de otras, director de instituciones y receptor de la medalla de la ciudad. Dicen que este reconocido catalanista vibró con el arte de El Bizco de los Camarones como el que más, ¿podía ser de otra manera?

(¿Recuerda alguien todavía que en Amics de les Arts hubo hace ya bastantes años una gran afición al flamenco, que en la Terrassa «culta» hubo en otros tiempos una gran sensibilidad ante el flamenco?)

Y para que quienes lo ignoren todo sobre el arte de El Bizco, les transmitiré un comentario que me hizo Antonio Pérez Roldán: «La primera vez que lo vi actuar, creí que no iba a poder acabar de cantar, que se iba a desmoronar en el escenario, que se iba a desgarrar de un momento a otro, de arriba a abajo, de tan apasionado».


(¿Hay lugar para el flamenco en nuestro mundo cultural, en un mundo mundo tan amigo de la banalidad y el cinismo, y tan enemigo de la pasión y el desgarro?)

Texto publicado el 2008 en la web 

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