El capitalismo ha formulado su tipo ideal con la figura del hombre unidimensional. Conocemos su retrato: iletrado, inculto, codicioso, limitado, sometido a lo que manda la tribu, arrogante, seguro de sí mismo, dócil. Débil con los fuertes, fuerte con los débiles, simple, previsible, fanático de los deportes y los estadios, devoto del dinero y partidario de lo irracional, profeta especializado en banalidades, en ideas pequeñas, tonto, necio, narcisista, egocéntrico, gregario, consumista, consumidor de las mitologías del momento, amoral, sin memoria, racista, cínico, sexista, misógino, conservador, reaccionario, oportunista y con algunos rasgos de la manera de ser que define un fascismo ordinario. Constituye un socio ideal para cumplir su papel en el vasto teatro del mercado nacional, y luego mundial. Este es el sujeto cuyos méritos, valores y talento se alaban actualmente. (Michel Onfray)


sábado, 6 de diciembre de 2014

LA JORNADA DEL MUERTO (2014)


Fotografia de Marta Escartín


Aunque nací para cosechar espigas de anhelos, transito por los laberintos de las jornadas pétreas. En el vientre de la bestia, bajo la luz de la luna negra, el sol es el recuerdo de un tiempo ya muerto.

He dejado de ser y, sin embargo, permanezco, tal vez desnaciente, ex hombre, no humano o bestia. En el vientre de la bestia, dentro de la placenta negra, el espejo del sueño es un denso lago de cieno.


Mi destino es solo fracaso, alfa y omega adverso, cercado por el horror de las muertes concéntricas. En el vientre de la bestia y en la soledad más negra, el presente es un eterno descenso a los infiernos.

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