El capitalismo ha formulado su tipo ideal con la figura del hombre unidimensional. Conocemos su retrato: iletrado, inculto, codicioso, limitado, sometido a lo que manda la tribu, arrogante, seguro de sí mismo, dócil. Débil con los fuertes, fuerte con los débiles, simple, previsible, fanático de los deportes y los estadios, devoto del dinero y partidario de lo irracional, profeta especializado en banalidades, en ideas pequeñas, tonto, necio, narcisista, egocéntrico, gregario, consumista, consumidor de las mitologías del momento, amoral, sin memoria, racista, cínico, sexista, misógino, conservador, reaccionario, oportunista y con algunos rasgos de la manera de ser que define un fascismo ordinario. Constituye un socio ideal para cumplir su papel en el vasto teatro del mercado nacional, y luego mundial. Este es el sujeto cuyos méritos, valores y talento se alaban actualmente. (Michel Onfray)


jueves, 26 de febrero de 2015

DE RETORNO AL SILENCIO (2015)




De retorno al silencio,
flores de hielo, cristalinas  flores de escarcha,
jalonan el camino hacia la montaña blanca.

Atrás quedaron rosas y jazmines,
el laberinto del bosque, las grandes ciudades,
la profundidad del agua…

De retorno al silencio,
flores de hielo, cristalinas flores de escarcha,
jalonan el camino hacia la montaña blanca.

Para que me consuma,
hasta el último fulgor de mis ascuas,
para fundirme con el todo a través de mi nada.

De retorno al silencio,
flores de hielo, cristalinas flores de escarcha,
jalonan el camino hacia la montaña blanca.

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